18 de abril de 2006

Legendary Pink Dots: el caleidoscopio terminal

Al comando de un inglés volador, exactamente en el año 1980, despegó una nave fuera de control que todavía insiste con sumergirse en lo más profundo del ser o no ser humano.A bordo viajan los Legendary Pink Dots, una de las bandas más fascinantes de la historia del rock.

"Nos dijeron que el cielo tiene calles de oro... OK, pero de algún lado deben traerlo..."
"Voy a ser tu pequeña ostra... Voy a ser tu ancho mundo entero."

"Estoy esperando al lado de tu cama, espero una señal. Yo nunca duermo."

"Nuestra Virgen vende pañuelos de papel para secarnos las lágrimas. Años de benditas atrocidades en el nombre de nuestro Dulce Señor..."

Es posible que las citas anteriores sugieran y sean relevantes por sí mismas, fuera de contexto; o quizás se las pueda ver como refinados delirios de algún poeta maldito. En cualquier caso la idea sería correcta, ya que pertenecen a la pluma de Edward Ka-Spel, letrista, deconstructor, y cerebro gestador de los Legendary Pink Dots, hombre que ya desde su apellido deja traslucir que no es alguien cualquiera.

Inglés de nacimiento, holandés por opción posterior, todavía en su tierra natal se une a un tecladista llamado Phil Knight y a una niña llamada April Iliffe ? de la cual se desconoce historia posterior fuera de esta incipiente formación - y bautizan al trío con el nombre que no cambiaría hasta el presente. Con un pobre arsenal de instrumentos graban en cintas sus primeros trabajos, básicamente pop de bases programadas con un toque de psicodelia. La discreta existencia de la banda continúa con entradas y salidas de integrantes hasta la aparición en 1982 de lo que formalmente se considera su primer álbum, Brighter Now.
La inestabilidad inicial incluía a las pequeñas discográficas en las cuales publicaban. Cualquier coleccionista debe trabajar bastante para documentar esta primera época de la formación, ya que sus trabajos salieron en por lo menos diez sellos de todo el mundo hasta el 26 diciembre de 1984. Ese fue el día más importante en la historia del grupo: Ka-Spel y sus tripulantes parten de la poco acogedora Inglaterra hacia Nijmegen, Holanda, tierra que nunca abandonarían como residencia.

Al poco tiempo de establecidos fichan para el pequeño gran sello belga Play It Again Sam, reducidos los Pink Dots al dúo Ka-Spel/Knight y músicos satélites, y lanzan ?con integrantes que a posteriori perdurarían durante años- Faces In The Fire.

El presente los encuentra más creativos y diversos que nunca, con más de quince increíbles trabajos editados por Ka-Spel en solitario, sumados a los más de veinte de la banda.
A esta altura ya podía decirse que tanto la poesía de Ka-Spel como la banda toda estaba madura y lista para los grandes trabajos posteriores, las primeras giras organizadas seriamente por Europa toda, un par de álbumes que apuntaban cualitativamente hacia arriba y, ante todo, la gran apertura instrumental y musical: toda clase de vientos, ensambles de cuerdas, grabaciones tomadas y generadas, deformadas y superpuestas con inteligencia para lograr climas soberbios, el creciente componente improvisatorio ?ya disponían de violinista y saxo/clarinetista estables-, el desprendimiento definitivo del estricto pop para absorber las músicas del mundo, el kraut homenajeado y reformulado, la repetición, el ruidismo y el ambient no como forma abordada aisladamente sino funcional en composiciones en forma de suites, y la versátil y particular voz de Ka-Spel - tan fría y seriamente europea, a la vez que tan expresiva -, forman parte de una forzosamente incompleta lista de características que son la impronta de su mundo en revolución constante.

El año 90 los encuentra lanzando su disco más vendido hasta la actualidad, The Maria Dimension, que terminó de afirmarlos como banda de culto, y sin embargo ninguno de sus trabajos va seguramente a alcanzar el vuelo de Shadow Weaver y Malachai: Shadow Weaver Part 2 (1992 y 1993 respectivamente), par conceptual e inseparabe que puede tomarse como un resúmen acabado y definitivo de su obra hasta ese momento, cuya segunda parte fue producida por Steven Stapleton, de Nurse With Wound , con quien Ka-Spel ya venía trabajando separadamente en otros proyectos.

En este punto puede decirse que la nave Pink Dots puso piloto automático, pero en el buen sentido: ese piloto (vigilado siempre de cerca por el capitán de la nave) les permitió elegir ediciones para un sello norteamericano (Soleilmoon, que les franqueó las puertas a buenas ventas y giras en Estados Unidos) y reservar otras para su propio sello, Terminal Kaleidoscope.
El presente los encuentra más creativos y diversos que nunca, con más de quince increíbles trabajos editados por Ka-Spel en solitario (sumados a los más de veinte de la banda), sin ningún miembro que no tenga un proyecto paralelo estable y de larga data, estrenando sello propio con nombre de queso (Caciocavallo) y con alguna ? aún cruda - tentativa de que la nave aterrice en Buenos Aires.

Con lo dicho hasta ahora -sumado a los versos que abren la nota- queda claro que Ka-Spel compone y escribe desde el escepticismo, el desencanto, que sus historias de amor protagonizadas por muñecas chinas nunca terminan bien ? como en la vida real -, y habrá que darle la razón cuando define a su banda como un apocalipsis controlado, y al mundo como un caleidoscopio terminal.

por Mario Bozeglav [The Howl.ar]


Discos Imprescindibles de The Legendary Pink Dots:

> Crushed Velvet Apocalypse (1989, Play It Again Sam Records)
> The Maria Dimension (1990, Play It Again Sam Records)
> Malachai: Shadow Weaver Part 2 (1993, Play It Again Sam Records)
> A Perfect Mystery (2000, Caciocavallo)

Edward Ka-Spel en solitario:

> Laugh China Doll (1984, Torso)
> Tanith And The Lion Tree (1991, Third Mind Records)
> The Blue Room (1998, Soleilmoon)

Algunos enlaces interesantes:

> The Legendary Pink Dots en brainwashed.com
> Wikipedia
> Discogs.com